Parecía dormido
el niño callado
sobre el nido de arena
el agua asustada
en cada marejada
lavaba su cara.
Daba la impresión
que hubiera decidido salir del cansancio
hacer una pausa
en aquella tormentosa vida
pero por aquellas cosas
tormentosas cosas
jamás se hubiera levantado.
Parecía dormido
con su ropita mojada
con sus manos abiertas
apuntando al cielo
como esperando recibir algo.
Su cuerpo inerte
sin vida
fue juguete de las olas por varios minutos
fue elemento natural
aunque discordante
del paisaje por varias horas.
Ahí estaba
ausente y sin vida
como acostado
amurrado por algo
en medio de una pataleta que jamás terminará
en medio de un berrinche mortal
en medio de una agotadora guerra
por levantarse
o permanecer ahí tirado.
Estaba muerto
aquel niño que parecía dormido.
El agua no perdía esperanza
y seguía mojando su cara
intentaba reanimarlo
levantarlo de aquel colchón de arena
traerlo de vuelta
de su injusta muerte.
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