miércoles, 10 de abril de 2013
Morir de felicidad
Edema de ideas, tumor de versos.
Si no me desquito ahora en el cuaderno es probable que explote,
mi cerebro se hinchará y a todos dañará.
¿La verdad?
Yo ya estoy muerto,
mi cadáver es manejado por hirientes verbos,
mi piel poco a poco se va a pudrir,
mi boca se deshoja y me impide sonreír...
Morí, pero de felicidad.
En amor ahogaste mi corazón, cuando tu piel me tocó este se estremeció.
No te escondas, pues tuya es la culpa. Me mataste de amor y felicidad, calla que hoy no pienso aceptar tus disculpas.
Mis versos ya solo son un cáncer,
tus besos me tenían bastante estable, pero te fuiste y comenzó de nuevo la adicción.
Jalando líneas de arial black, tratando de vivir sin soñar.
Me mataste de amor ya estando muerto, ahora mi cerebro abrumado se masturba con tu recuerdo y precoz-mente eyacula versos.
Versos que dan sentido a mi vida fría, mi cuaderno es quien mejor me conoce hoy en día.
Tengo hambre, quiero comer corazones, a falta de razones invento excusas...
Al destino despedí y ahora es él quien me busca.
Pero que plenitud más desagradable, créeme que hay días en que extraño mi vida inestable.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario