martes, 23 de mayo de 2017

La nariz muy helada

Llevo la nariz helada
las manos escondidas en bolsillos
donde solo abundan insípidas y maliciosas pelusas
y el trémulo vapor pegado a la cara
machacando una y otra vez mis ojos
juzgando y atacando.

Quizás es verdad aquello que dicen
no hago poesía
yo con cada verso de mi pasado
tan solo me dedico a elaborar estos textos de porquería.

Cruje la arena bajo mis pies
cruje el negro cielo sobre mi atormentada cabeza
cruje también
mi cuerpo entero
movido por aquellos ruidosos pensamientos salidos del más próximo cementerio de sueños.

Mi mirada se pierde
en la inmensa sabiduría de los árboles mojados del Parque Almagro
se pierde de igual manera
en cada hoja húmeda que se lanza
y que queda a merced de este crudo viento que no es de invierno.

Ya no queda tabaco
ni menos buenos pensamientos 
solo me queda esta nariz
endiabladamente helada 
las manos vacías y apretadas
y un lento caminar
el que sinceramente
no creo que sea capaz de llevarme a ningún lugar.

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