martes, 2 de abril de 2013

Muerte súbita

Si no me otorgas felicidad, es como del buen sueño despertar,
si no percibo tu olor, me tiento de irlo a buscar...
Y es que te guste o no, eres necesaria.
Me mantienes feliz, te encargas de poner el pesimismo a raya.
Al tomar tu mano siento el frío del abismo, sé que si saltamos juntos ese frío será distinto.
No te mientas diciéndote que no, tú me necesitas, al igual que yo.
Esperanza embotellada son tus besos,
bienvenida la locura ahora que estas en mis brazos.
Nuestras miradas se clavan... El tiempo pasa más lento, siento su calor y se infla mi pecho.
Estamos en esto, que llaman amor, pero yo se que lo nuestro es más fuerte.

Drógame, inyéctate en mi boca...
Toca mi alma, y verás lo que provocas.
Renueva mi esperanza que quemó el destino, lustra mi sonrisa... contigo soy yo mismo.

Al fin... toco las nubes,
las estrellas que se burlen, hasta ellas saben que su brillo es sublime,
cuando llegas allá arriba solo son una ilusión. Luego de vuelta a la tierra y contener la respiración.

Yo soy... Lo que tu llanto se llevo.
Yo fui... Un intento de perfección.
Y ahora... Solo me queda el amargo sabor de pensar que algún día podré ser mejor.






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