¿Buscas un príncipe
azul?
Bueno aquí
pierdes tu tiempo,
anda mejor
por un tarro de pintura,
que si no lo
intentas te comerán las dudas.
Buscando
inspiración
en un trozo
de papel.
¿Qué si es
difícil?
Sí, eso no
te lo negaré,
pero a la
vez es bastante reconfortante,
llena mi
alma y hace cuestionarme:
¿Esto será
sano para mí?
Mejor quizás
buscar alivio en otra parte.
Es extraño…
Cada verso
es para mí como un peldaño.
¿Hacia dónde
va la escalera?
Pues bueno
no lo sé, ahora vamos a ver.
Me debo
esforzar,
y lo tengo
claro,
date cuenta
bien
eso es lo
que hago,
no saco nada
con hablar
solo crear
estragos.
Por estragos
entiendo responsabilidades
de las
cuales luego no me haré cargo.
Para mí lo
que escribo no son poemas,
yo más bien
los llamaría cementerios de pena.
Es como
enterrar un verso en el jardín,
luego no te
das cuenta cuando sale el árbol y tapa tu ventana.
Y se
extraña…
Esa pena
solidaria,
se siente
esa nostalgia poco cotidiana.
Si quieres
ver las estrellas
saca las
manos de tus ojos.
Culpar al
destino ya no tiene sentido,
yo le di
vacaciones y ahora he sentido la soledad del minutero.
Le he tomado
al peso a lo nuestro
¡No arregles
la pesa, que el resultado será funesto!
Soy bastante
honesto y te enseño mi descontento,
si no
cambias ahora pues ándate despidiendo.
¿Sin pelos
en la lengua?
Aun falta
que te depiles los ojos…
Tómale el
peso a mis rimas y créeme cuando te digo que no las escribo con el fin de subir
mi autoestima.
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