¡Cobarde!
Me gritaba el espejo
mientras su punzante mirada hacía desangrar mi inexistente orgullo
inexistente
reseco y
opaco
después de tanta batalla
el guerrero solitario desea descansar y reponerse
pero el destino
inagotable agente de dolor
a punta de pistola lo obliga a continuar.
“¡Ya no tienes futuro, confórmate conmigo!”
Dice el destino con un arma sin balas.
Pájaro sin alas; tampoco es que me sienta así, para nada.
Quiero parar
soltar el lápiz
y sentir
creer que el destino y el futuro
aún no se conocen
creer que ninguno de ambos ha sido escrito por algún maldito egoísta…
Lo intento, pero es difícil.
Pero… la tinta se acaba
¿Sabes?
La saliva también
y como la aprecio ya no intento convencer
no hay nadie a quien vencer
no hay más esperanzas pútridas que defender
no tengo una vida para librarme de ella
ya no me quedan sonrisas para vender.
La moneda vuela y el destino se molesta
por supuesto
quedo yo y mi suerte
él ya no tiene nada que hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario