Nuestros cánticos revolucionarios son ignorados, sus oídos sordos los escuchan asqueados, se acomodan la corbata argumentando y mintiendo, diciendo que algo han cambiado.
Descarados, si se les pregunta responden con pasado.
Podridos, su cerebro es un nido de traición, es por eso que temen una revolución, tras sus trajes lujosos esconden y maquillan el temor.
No hay dinero para un hospital, pero si para un I Pad.
Revolución que derriba fronteras, que ignora color político, que se centra en ideas enterradas y pisoteadas por hombres que no son seres humanos.
No tienen corazón, tienen un carbón; empresarios del demonio que hacen sufrir al empleador.
Poesía es el arma del que nada tiene, del desvalido por una sociedad que todo usurpa...
Poesía es el veneno para el malvado, el apocalipsis del ladrón, la muerte del que no tiene corazón.
Revolución podrida, pero aún con vida;
revolución del pobre, pesadilla del ladrón.
Poesía y revolución; sangre y dolor.
Al final solo triunfará la verdad, no podrán ocultarla nunca más,
no la resguardaran con ningún militar,
no la podrán esconder en sus palacios de cristal.
¡La verdad es nuestra y la exigimos ahora!
Revolución que salta de la ceniza,
el último aliento del pueblo ahoga a quien lo quiere dominar, estamos unidos, pero no somos masa... cada uno es igual de importante.
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