Y yo creo que querer,
es tan necesariamente innecesario como creerte a ti,
amar ese fantasma que ama hacer apariciones en mi cabeza,
¿Es necesariamente placentero recibir tu calor como una bofetada fría y un tanto desconcertante?
pues no, no lo sé,
menos sé si es justo amarte de tan desigual e injusta manera.
¡Espera!
hay algo que yo si se ,
yo se que vale la pena llorarte ríos, pozos y océanos si así tu lo quieres,
solo por la egoísta razón de que así recordarás lo cuanto que me quieres,
no es algo tradicional,
pero como veras es muy efectivo,
es mi táctica para tenerte latente aquí conmigo.
Y yo sé,
que al saber esto probablemente tu sonrisa se borre,
te desprenderás de explicaciones...
Pero... ¿Te digo algo?
Para mi seria más que suficiente una de tus sonrisas,
real y
despampanante.
Así me remonto a épocas más pisadas,
pasadas,
donde menos amor tu me entregabas y yo desesperado,
no te miento ,
la soga al cuello presionaba y me preguntaba:
¿Que se me está olvidando entregar?
Ni ahora me siento calificado de derechos o informaciones como para responder aquella tajante y singular duda.
Lo que tú me das,
lo que yo ilegalmente robo de ti me llena.
Yo robo querida y tu pareces ni percatarte,
que al yo robar por los silencios oscuros una mísera parte de ti,
recupero algo que al perder jure jamás buscar.
Son kilos de sonrisas,
que hablan más que los mil silencios.
Mi amor por ti,
es a la vez nuestra condena,
no nos frena,
no,
nos impulsa a seguir por la senda de la paz,
hasta el templo de la soledad,
que creímos ilusos dejar atrás.
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