miércoles, 20 de febrero de 2013

Uno


Mientras más he caminado
menos he conocido
y es que la vida misma ya no tiene sentido,
de brazos cruzados contemplando el espejo,
el me mira fijo…
Creo que no es mi reflejo
entonces comprendo que ya no soy yo mismo.
¿Me comprendes?
No creo y es que es muy complejo,
difícil de explicar con simples palabras,
pues ahora veamos si con un par de versos te basta.
Cuatro de la mañana y no tengo sueño
el lápiz se desliza sobre el papel sin freno
y la cabeza pregunta:
¿Por qué no te duermes luego?
Respondo con un suspiro y se queda callada.
¿Será quizás que le gané en esta batalla?
Es muy pronto para responder esa pregunta
y muy tarde para acostarme con los pelos de punta.
La esperanza se escondía como sol de atardecer,
puse atención a la hora y era de amanecer.
El papel pregunta:
¿Por qué me haces sufrir?
Y le respondo que es mi precio por fingir,
fingir algo que no era y terminar convirtiéndome en eso…
Llorar hasta que no queda nada bueno en tus huesos,
cambiar tanto que no reconoces ni tu propio pellejo.
¿Qué si lo siento?
Bueno en verdad no siento nada,
solo la pena ahogada y la soledad alejada.
¿Acaso le dio miedo el hecho de estar acompañada?
Y es que tu sonrisa la tiene bastante acomplejada,
ahora se va lejos a conquistar otra alma atormentada.
No puedo cambiar
es imposible,
puede que sonría, pero aun me siento triste.
Digo puede,
pues puede ser mentira
quizás es solo una ilusión de mi alma cochina
qué extraña el sabor
de mis lagrimas del día a día.


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