El corazón cada vez manchado con más tinta
los ojos con una visión distinta, más amplia
las manos agrietadas de tanto cavar
y no encontrar
cansado de buscar una mirada que penetre más allá de mi pupila
y encontrar
seres sin sinceridad y llenos de mascaras.
Ahogado en la triste verdad
de que todo es mentira
que aunque sane la herida
la cicatriz aún duele.
La paciencia es eterna
pero las ganas se me van con el suspiro.
El aliento
ya casi huele a podrido
y en cada respiro
alimento más a mi peor enemigo
ese monstruo que aun vive dentro mio
cada error que cometo
para el es motivo de festejo
cada rima que termino
es para el
el más grande dolor
y para mi
un sufrimiento gratificante.
El miedo al fracaso ya es costumbre
por culpa de esto
el trabajo no cunde
es un triangulo vicioso
confiar, tratar y errar
el problema es no saber cuando parar.
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