miércoles, 7 de septiembre de 2011

Ojos hielo.

Ojos hielo, mente fuego...
Siento tu apuñalante mirada hiriendo mi espalda, casi como inconscientemente volteo solo para ver un efímero acto al que tu llamas saludar, lo respondo, pero aun así siento como si fuera la primera ves que te he visto sonreír.
En la antesala de mi mente, la semilla de la conciencia intenta florecer ante mi constante riego de destructivas ideas.
Mis palabras quieren salir, el vagón del te quiero quiere salir del túnel de mi boca, pero el pesimista maquinista detiene este acto y luego lo condena como suicida.


Amaría que la muerte fuera mi aliada, cerraríamos un ilegal pacto. Este pacto seria que una vez que yo simple y endeble mortal muera, pudiera escoger un ángel para que me acompañara en mi eterno descanso, sin dudarlo ese ángel serias tu.
Te llevaría a visitar los más delirantes lugares, te embriagaría de mi ternura, tus suspiros angelicales fortalecerían mi desesperada alma, alma llena de puntos, comas y cansada de los hirientes y fugaces versos.
Si, hablo de la misma alma que congelada queda con tu furtiva mirada, aquella mirada que en un momento me ayudaba, ahora es mi más mortal y adictiva enfermedad.






Tener los ojos hielo, suicida acción....

1 comentario:

  1. No siempre...me han gustado muchos estos versos, te quería dar mi más enhorabuena.

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