domingo, 31 de julio de 2016

Cuento para dormir

Antes de dormir, cuando la noche ya cubría todo el panorama que se podía observar desde su ventana, su madre se acercaba silenciosa al borde de la cama, la miraba a los ojos y le susurraba las palabras que por el resto de la noche la dejaban afligida y sin poder dormir. Para ella fue el cuento de terror más potente de toda su vida, y sí o sí se repetía noche tras noche.
-Tu padre viene borracho de nuevo- le decía su madre al oído, llena de miedo- tápate y hazte la dormida. Si no quieres que te golpee no grites ni digas nada cuando venga hacia tu cama. Y por lo más sagrado del mundo: que no se te ocurra llorar.
No comprendía lo que sucedía, pero le hacía caso a su madre. A veces llegaba su padre y se metía desnudo a la cama, olía raro y le hacía cosquillas molestas un rato para luego irse. Hubo noches en que ni si quiera sentía a su papá, pero aún así el miedo la congelaba y no la dejaba dormir.
No entendía (y jamás entendió) como a todos sus compañeros les encantaba que les contaran cuentos antes de dormir.


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