jueves, 17 de noviembre de 2011

Nada más

Nada más que las palabras y ese brillo en aquellos ojos luminosos es el antojo del hombre y la cura para el enojo.
Lo que refleja tu bello pelo a plena luz del sol, cuando el suave fulgor de la miel activa mi pasión y desestabiliza mi entonación.
El fuego del alma deshace las paredes del cuerpo, esa alma quiere que la mires, que observes su forzada partida hacia a ti.
Cuando tu me miras todo eso en mi se activa, nada más que tus palabras y ese brillo me producen gozo y una alegría sin reposo.
Ese sentimiento raro... cuando tomas mis manos, un esplendido salto y ¡Halla vamos!
Nada más que tus palabras y ese brillo, es lo que yo necesito en cada momento de mi vida.




Que pelo más brillante...

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